Cuando eres obligado a abandonar tu hogar debido a una crisis o un conflicto y debes mudarte a un nuevo país, puedes experimentar muchas pérdidas que te causan dolor. La mayoría de nosotros pensamos que el duelo ocurre en el período posterior a la muerte de un ser querido. El duelo es una tristeza fuerte y abrumadora que puede afectar tu mente, cuerpo y espíritu.

 

Ciertamente, tras la muerte de un ser querido se espera duelo. Pero es normal y natural que las personas también lamenten otros tipos de pérdidas:

  • Separación de seres queridos: Dejar a familiares y amigos que frecuentemente estaban allí en momentos de dificultad y celebración.  
  • Empleos y carreras: Puede resultar difícil volver a ejercer tu profesión en los EE. UU. o descubrir que ciertas calificaciones no se transfieren fácilmente al mercado laboral de los EE. UU.
  • Hogar y posesiones: Dejas calles, vistas y olores familiares. También podrías dejar atrás un sentido de pertenencia e identidad

El duelo puede verse muy diferente de persona a persona: 

 

  • Diferentes tipos de emociones, como insensibilidad, tristeza, negación, ira, anhelo, amargura, desesperanza, culpa y más. Las personas pueden atravesar múltiples emociones relacionadas con el duelo en un día o una semana, o pueden atravesar diferentes fases emocionales del duelo. 
  • Dolor físico y enfermedades, como dolores de cabeza, fatiga, náuseas, dolor en las articulaciones, falta de sueño, presión arterial elevada y náuseas.  
  • Cambios en el comportamiento: el duelo puede hacer que no queramos estar cerca de otras personas, que estemos más enojados o irritables, menos pacientes, menos interesados o menos capaces de conectarnos con los demás y disminuir nuestra capacidad de funcionar.

No existe una manera correcta, ni una sola manera de llevar un duelo. Aunque el duelo tiende a disminuir con el tiempo, no existe una duración correcta para el duelo.

Si estas pasando por un duelo, ten paciencia contigo mismo y reconoce que afrontar la pérdida lleva tiempo. A continuación, se ofrecen algunos consejos que te ayudarán a sobrellevar la situación:

  • Comunícate con personas en las que confías y que puedan apoyarte. Pueden ser líderes religiosos, amigos o familiares.  
  • Dedícale tiempo a cosas que te reconfortan o te ayuden a sobrellevar la situación, como la oración, el ejercicio y la respiración profunda.  
  • Sigue una rutina. Esto incluye levantarte y acostarte a la misma hora todos los días, asegurarte de comer con regularidad y beber mucha agua.

Préstale mucha atención a cómo te sientes y cómo funcionas con el tiempo. Si han pasado muchos meses y descubres que te sientes peor o menos capaz de funcionar, es posible que desees comunicarte con tu médico o consejero para obtener más apoyo. Si descubres que no puedes levantarte de la cama, cuidarte a ti mismo o tienes pensamientos de no querer vivir, es importante que busques ayuda de inmediato. Puedes llamar al 9-8-8 o a tu línea de crisis local para obtener más ayuda.