Cuando comienza un nuevo año escolar, es importante asegurarse de que los niños estén física y mentalmente preparados para volver a la escuela. Veamos algunos consejos que pueden hacer más fácil la vuelta a la escuela.

 

Tengan una conversación con su hijo

A fin de prepararse para la escuela, comiencen con una conversación. Los niños pueden tener distintos sentimientos respecto de la escuela, como entusiasmo, nerviosismo o incluso temor. Así ocurre en particular en el caso de quienes van a la escuela por primera vez, quienes van a una nueva escuela o quienes van a la escuela por primera vez en los Estados Unidos. Pregúntenles cómo se sienten acerca de ir a la escuela y dígales que es normal sentir tantas cosas distintas. Díganles que pueden hablar con ustedes si tienen problemas en la escuela con amigos, maestros o su trabajo en clase.

 

Dormir bien

Dormir un tiempo suficiente es importante para el bienestar físico y mental del niño y afecta a su rendimiento en la escuela. En las vacaciones de verano, los niños pueden haberse acostumbrado a un horario más relajado, a estar en pie hasta más tarde y levantarse más tarde en la mañana. Para ayudarles a volver a una rutina, hay que ajustar gradualmente sus horas de sueño un par de semanas antes del primer día de escuela y establecer rutinas para ir a dormir y despertarse. Acostarse y despertarse a la misma hora asegura que los niños duerman lo suficiente cada noche.

 

Acostarse a la misma hora es especialmente útil cuando se comparte el dormitorio. Antes de acostarse, hay actividades, como leer juntos un libro, recitar una plegaria o sentarse a hablar acerca de cómo fue el día, que sirven para relajar el cuerpo y dormir mejor. Esta rutina puede incluir prepararse e ir a la cama a la misma hora, así como cosas como lavarse los dientes, lavarse la cara, leer un libro, recitar una plegaria, o sentarse y hablar acerca de cómo fue el día. La gente de toda edad necesita una cantidad suficiente de horas de sueño para pensar con claridad, aprender y funcionar y esto es especialmente cierto en el caso de los niños y los jóvenes, que necesitan una cantidad suficiente de horas de sueño para crecer y desarrollarse. En promedio, los niños más pequeños (uno y dos años de edad) necesitan de 11a 14 horas por día, con inclusión de siestas, los niños en edad preescolar (tres a cinco años) necesitan de 10 a 13 horas, con inclusión de siestas, los niños en edad escolar (seis a 13 años) necesitan nueve a 12 horas y los adolescentes (14 a 17 años) necesitan ocho a 10 horas.

 

Alimentación saludable y actividad física

Puede ocurrir que en el verano los niños hayan comido en forma menos regular o hayan comido cosas menos sanas. Al comenzar el nuevo año escolar, hay que pensar en la forma de estimular hábitos saludables de comida, para lo cual se puede hablar con el niño acerca de opciones saludables para el almuerzo o el desayuno o inscribirlo para que almuerce en su escuela sin costo o a un costo más bajo.

Un régimen alimenticio equilibrado y nutritivo es esencial para el crecimiento, el desarrollo y el rendimiento académico del niño. Antes de que comience el nuevo año escolar, dediquen un tiempo a evaluar sus hábitos de comida y hagan los ajustes necesarios. Los desayunos que incluyan una combinación de proteínas, granos y frutas son una muy buena manera de empezar el día. Un desayuno nutritivo proporciona la energía necesaria para un día productivo en la escuela.

La actividad física también es esencial para la salud física, la capacidad de aprendizaje y el bienestar emocional del niño. Hay que pensar en la forma de ayudar al niño a tener una actividad física regular, aunque se trate de una corta caminata, de un partido de básquetbol o de remontar barriletes después de comer. Una actividad física regular mejora su salud en general, su capacidad para concentrarse y aprender en la escuela y la calidad de sus horas de sueño.

 

Crear un entorno de respaldo emocional

Un nuevo año escolar puede significar una mezcla de emociones para sus hijos, como entusiasmo o nerviosismo. Escucharles expresar sus sentimientos o inquietudes respecto del regreso a la escuela puede servir para disipar las ansiedades que tengan. También conviene hablar de las experiencias positivas que hayan tenido antes en la escuela y asegurarles de que cuentan con su apoyo durante todo el año escolar.