Señales comunes de temor, inquietud y estrés en los niños pequeños
Verse obligado a ir a un nuevo país por razones de seguridad es muy difícil. Los niños pequeños tal vez no tengan las palabras para expresar como se sienten y sus emociones suelen materializarse en su comportamiento. A continuación se indican señales comunes de temor, inquietud y estrés en los niños pequeños:
- Tener dificultades para dormir como no poder quedarse dormido solo, despertarse con frecuencia, tener pesadillas o mojar la cama
- Volver a conductas o hábitos que tenía cuando era más pequeño
- Tener miedo de separarse del padre, la madre o un cuidador
- Exhibir nuevos temores o inquietudes y no poder calmarse por sí solo después
- Quejarse de problemas físicos (dolor de estómago, dolor de cabeza, etc.)
Cómo ayudar al niño a manejar el estrés
Como padre, madre o cuidador, eres quien está en mejores condiciones para ayudar al niño a recuperarse de hechos del pasado, manejar el estrés y adaptarse a un nuevo entorno. A continuación se indican algunas formas en que puede ayudar a tu hijo a manejar el estrés:
- Date tiempo para estar a su lado, tenlo en brazos y dile que puede sentirse seguro porque estás para él/ella.
- Si tienes que salir, dile a dónde vas y a qué hora vas a volver. Déjale un objeto familiar que le pueda ayudar a sentirse seguro.
- Evita imágenes o conversaciones que puedan asustarlo
- Establezcan juntos una rutina con horas fijas para despertarse, comer e ir a la cama.
- Haz con él/ella cosas que conozca, como cantar su canción preferida o leer un cuento especial.
- Haz que el niño te hable con sus propias palabras de lo que le ocurrió o lo que siente.
- Si se está portando mal, ve cuál es el problema y enséñale una forma mejor y más positiva de reaccionar.
- Si tu hijo exhibe una conducta difícil, mantén la calma. Así, le ayudarás a tranquilizarse y a darse cuenta de que puede sentirse seguro porque está contigo.
Señales de comportamiento en los niños: Cuando buscar apoyo
Tu hijo necesita tiempo para recuperarse y adaptarse. En todo caso, si observas conductas de este tipo, pide apoyo al médico o al maestro del niño, el encargado del caso o un consejero.
- El ánimo o el comportamiento del niño no mejora o empeora
- Tu hijo se queja con frecuencia de problemas físicos (dolor de estómago, dolor de cabeza, etc.)
- Tu hijo tiene dificultades para hacer algo que antes hacía bien o estás preocupado por su desarrollo
- Tu hijo habla de hacerse daño a sí mismo o hacer daño a otros o tiene un comportamiento dañino.